Hace algunos días hablaba con algunas personas sobre un tema que siempre me emociona, y hoy más que nunca; me refiero a la importancia de la familia en cada una de las personas de este mundo -inclusive para quienes creen no necesitarla-.
Hay que saber que nuestro entorno puede que sea o no agradable, ya que en esta vida encontraremos de todo un poco, puesto que maduros e inmaduros hay en todo espacio. No podemos negar que existen personas que serán muy buena ayuda para emprender proyectos o momentos de distracción formidables, pero cuando todo esto deja de serlo por un motivo o mal entendido, sólo quienes realmente te conocen creerán en ti.
Probablemente alguien me dirá que eso pasa en familias ideales, pero que la vida real no es tan agradable, y es cierto. Yo escribo para que cada persona recuerde la gran riqueza que tiene en su propia sangre, en aquellos que hemos olvidado dejando que los malos entendidos y problemas sin trascendencia afecten de manera muy fuerte el corazón.
Si ya olvidaste que significa tener a alguien que espera con ansias tu llegada a casa, hoy es momento de redescubrir eso; no se trata de creer que todo está perdido, es más bien creer que siempre se puede volver al plan original de la familia: ser felices y crecer mutuamente, sabiendo protegerse unos a otros. Las palabras y actitudes siempre deben buscar que cada integrante de tu hogar descubra que al momento de fallar o caer no estará solo, sino que siempre tendrá personas que lo aman para levantarlo y enseñarle a vivir adecuadamente la vida que tiene al frente.
Si tu familia está lejos de ser un soporte para tu vida, empieza a buscar pequeñas estrategias para que se lo sea. No será sencillo, pero tú sabes que es algo que necesita tu vida.
1 . QUÉ LOS SEPARÓ
Casi a menudo lo que separa a una familia son malos entendidos. No se puede unir algo si no sabes primero por dónde fue que se desprendió; es por ello que se debe iniciar reconociendo qué camino se tomó para alejarse y cuál es el motivo que existe aún o ya hasta se olvidó.
- LO QUE TIENEN EN COMÚN ES…
Siempre se tienen cosas en común con las personas que amas, puede ser una sola pero existe. Hay que saber identificarla y poder explotarla hasta llegar a alcanzar la meta que hoy llamaremos “restauración”. Por medio de aquello que tenemos en común se pueden sanar las heridas más profundas y fortalecer los lazos que parecían extinguidos.
- TODO TOMA SU TIEMPO
No se trata de perdonar de un día para otro y que las cosas sean como si nada hubiese pasado, es más bien saber a conciencia que si la herida es tan grande siempre hay que caminar despacio, ya que uno no sale de una cirugía a correr una maratón. Hay que armarse de paciencia y esperanza cubiertas de alegría para poder volver a ser la familia que alguna vez fuimos o debimos ser.