Soy el raro del paseo

Un día escuchaba a un joven que me decía: “soy el raro del paseo”. Pero lo que me llamó la atención es que me lo decía con una gran sonría de diversión y hasta orgulloso por aquel sobrenombre que había recibido.

No es desconocido que en los espacios que se desarrollan los jóvenes siempre existirán ciertos ataques a quienes plantean un comportamiento “raro” frente al grupo. Pero, ¿Qué es ser raro? Porque en ocasiones creemos que el raro es el que no escucha la música de antaño o quien no se viste con traje y corbata.

Es tan común ciertas nuevas actitudes y opciones de los jóvenes, que el “raro” es quien no se atreve a consumir sustancias sicoactivas, el que estudia, el que respeta a sus padres, el que no quiere tener sexo prematuro, el que no anda como vándalo en medio de la sociedad y demás.

No se trata de juzgar a quienes aún no centran su vida en ideales que busquen realización personal y social (entorno), sino más bien reconocer a aquellos jóvenes que deciden ser los “raros” haciendo lo que es correcto, obviamente sin dejar de ser personas divertidas y que no se excluyan de la sociedad. Ya que si eres una persona que sataniza todo terminarías siendo en serio raro.

No se necesita ir contra todo lo que crees que te limita, es más bien ser un “rebelde” con sentido, con bases sólidas y nunca buscar que tus derechos deban atropellar los de los demás. Ya que de eso se trata la sociedad: Una sana convivencia que inclusive contiene discusiones respetuosas y firmes.

Si eres el “raro” no te preocupes, hay millones de ellos en todo este planeta, más bien busca impactar tu entorno con tu “rareza” sin creerte superior a los demás o satanizando hasta la música que otros puedan escuchar, ya que en ocasiones ciertas actitudes son solo moda.

César Peña

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