Mirar con el corazón

Creo que casi siempre escuchamos que Dios nos mira con el corazón; y que siempre está lleno de amor. A Él no le importa lo que hayamos sido o la imagen que queramos mostrar, lo que realmente le importa  es quienes somos realmente.

Cuando uno se siente triste escucha como las personas dicen: “No importa lo que te digan, lo importante es que Dios sabe quién eres realmente” Puesto de esta manera suena muy bonito, tanto que a cualquier persona que se encuentre en una situación extrema le caería bien dicha frase, inclusive a cualquiera de nosotros nos alentaría saber eso.

Pero si miramos en nuestro interior ¿estamos completamente seguros que no nos importa lo que digan los demás? Algunos estarán de acuerdo con esta posición pero otros quizá les suenen extraño.

Para poder entender esto hay que ver quiénes son esos “demás”; ya que es muy fácil que no me importe lo que piense de mí la persona que no conozco o que no amo; pero, si las personas cercanas a mí -padres, hermanos, amigos, enamorado, novio, esposa, etc.- son las que no pueden ver lo que realmente soy, ¿acaso no nos importaría? Yo me imagino que sí.

En este pequeño espacio quisiera que reflexionemos en cómo estamos viendo a las personas que nos aman, aquellas personas que están con nosotros en todo momento. Alguno quizá me dirá: “Es que ya estoy cansado que actúe así, yo soy humano, por ser buena se aprovecha, ya no estoy con ganas de actuar con ternura cuando me trata de esa manera”. Serían muchas las frases que tendríamos para fundamentar nuestro actuar, pero sabes una cosa, Jesús también pudo haber dicho eso y mucho más frente a las personas que lo maltrataron.

Si cada uno de nosotros a quienes Dios mira únicamente con amor puro, empezáramos a ver a los que nos aman o rodean con ese mismo amor, las cosas a nuestro alrededor serían distintas.

Yo sé que no es fácil mirar con amor a quién nos daña; pero, ¿Quién dijo que era fácil? Claro que no es fácil; no les voy a mentir diciéndoles que por ser cristianos va a ser sencillo, eso no es así. Será complicado muy complicado mirar con el corazón, pero jamás será imposible si realmente amas a las personas que miras.

Si tan solo descubriéramos lo que son realmente en su interior aquellas personas, dejaría de existir tanto dolor y rencor, existiría una paz verdadera en cada rincón del mundo. Porque cuando miras al borracho como borracho siempre lo será, si miras al mentiroso como mentiroso siempre será así, si miras al violento como violento será siempre así; pero cuando empieces a mirarlos como seres humanos se verán cambios positivos.

No es sencillo mejorar cuando nadie cree en ti; cada vez que mires al otro como lo peor, recuerda como Dios te está mirando en ese momento. “No te dejes vencer por lo malo, más bien vence el mal a fuerza de hacer el bien”. Romanos 12, 21

César Peña

Los comentarios están cerrados.