Madurez real

Es tan común escuchar a personas adultas decir que los jóvenes deben tener madurez y dejarse de tantas actitudes infantiles y despreocupadas. Pero ¿por qué tanto afán para que los jóvenes sean maduros? ¿Acaso no vivimos un proceso de crecimiento y madurez equilibrado?

Es gracias  a muchos de estos comentarios que algunos jóvenes buscan “madurar” de manera inmediata y tratar muchas veces de ocultar sus verdaderos sentimientos, olvidando que también se tiene derecho a reaccionar de manera diferente y que no todo es tan sencillo de llevar.

Las circunstancias que vienen a acompañar a un joven para muchos adultos pueden ser muy superficiales y fáciles de llevar, pero lo que se ha olvidado es que cada persona reacciona según su realidad y etapa de la vida. Si hoy recordamos podemos ver como cuando éramos niños, experimentamos un dolor terrible por razones tan sencillas como un juguete que no encontramos, un helado que se cayó o alguna otra situación que en la actualidad nos suenan hasta irrisorias.

Hoy quiero invitarte a vivir con tranquilidad las circunstancias que te causan dolor, no hay porque desesperarse y creer que no se tiene derecho a sufrir, ya que para otros es algo muy “superficial”. La vida tiene etapas, las cuales deben vivirse al máximo y hay que saber aceptar no solo los momentos felices sino también aquellos que causan dolor y lágrimas en nuestra vida.

No aparentes lo que en el momento no eres, es mejor aceptar el dolor y saber conocerlo para manejarlo. Ser fuerte no significa que nada me duele, sino más bien que puede reconocer que algo me duele e incluso pedir ayuda a quienes ya pasaron por aquella circunstancia. Ser joven no es malo, tiene muchas ventajas, pero también es una etapa en la que se experimentan situaciones con las cuales a veces no sabemos reaccionar de la forma como quisiéramos.

César Peña

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