Hermanos para siempre

La idea de tener hermanos perfectos es a veces un poco utópica, ya que recordamos ciertas actitudes e inconvenientes que probablemente hemos tenido en nuestra relación de familia. También existen personas que no tienen ese hermano de sangre con quien hablar, jugar, planear, discutir y demás; es ahí donde los primos o amigos realizan ese papel.

La idea no es buscar que las personas sean como las queremos o imaginamos, puesto que cada uno de nosotros es particular. Inclusive cada hermano en la etapa más joven de su vida sin querer busca desde todos los medios no agradarle a su hermano; no se trata de odio sino de esa convivencia que no será o es sencilla, pero en medio de esa maraña de acciones existe un amor fuerte que siempre estará presente.

¿Quién no ha peleado alguna vez con su hermano? Creo que todos lo hemos hecho en algún momento; algunos con más duración de enojo que otros, pero siempre existió un pretexto para lanzar una palabra e inclusive un golpe. No se trata de legitimar ciertas acciones que hemos tenido con nuestros hermanos o han tenido con nosotros, es más bien ser sinceros con la vida y saber que eso existe y no es tan ajeno a nosotros. Encuentro personas que dejan que hablarle a alguno o todos sus hermanos por años y probablemente es porque nunca fueron sinceros y decir -desde pequeños- lo que realmente les incomodaba; no se trata de hablar y “botar” todo lo que tenemos guardado, es más bien saber comunicar de manera inteligente lo que está pasando en la relación y llegar a superarla.

Existen casos en que se guardan dolores y rencores de infancia y es en la etapa adulta que prefieren alejarse en vez de asumir como personas maduras lo que pasó o está pasando. Hay hermanos que a pesar de vivir lejos nunca dejar de comunicarse y apoyarse mutuamente, pero también hay otros que a pesar de vivir a una calle o en la misma casa no les interesa lo que puedan pasar sus hermanos.

No todos comprenderemos la actitud de nuestros hermanos, pero lo que jamás se podrá romper es que la sangre siempre llamará; nadie puede sentir tanto odio o rencor por alguien que no le importa. Si tú estás muy molesto con tu hermano, al límite de no dirigirle la palabra por años es porque realmente esa persona importa en tu vida, ya que lo que hizo o crees que hizo te importó tanto que te dañó.

Las relaciones no se reparan de un día para otro o se cierra los ojos y se hace como si nada pasó, es más bien poder asumir el dolor y la incomodidad que pudo haber ocasionado el distanciamiento y empezar con actitudes básicas a superar los obstáculos y fortalecer o reparar una relación; si tu hermano jamás te llama o interesa por tus cosas, hazlo tú. No se trata de cambiar al otro, se trata más bien que con mi forma de actuar él o ella mejore para bien de ambos. Los hermanos son para siempre y nos guste o no como son, siempre estaremos unidos; no sirve de nada hacer como si no te importara porque en tu corazón sabes lo que realmente sientes.

César Peña

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