Forma futuros gobernantes

Hoy en día nos quejamos porque los gobernantes están haciendo cosas que jamás pensamos mientras animaban su campaña política. Durante una campaña todos tienen la solución a lo que aqueja nuestro país, pero la gente se pregunta: ¿Será posible? Obviamente todo es posible con buenas políticas públicas, un equipo profesional y naturalmente la ausencia de corrupción que debería ser la constante en cualquier gobierno del mundo.

A veces nos conformamos sólo con replicar la información que encontramos por internet y ser incisivos en nuestras redes sociales: “quién es el corrupto, quién apoya la familia, la vida, profesores, policías, etc”.  No basta buscan un político que se acomode a la necesisdad moral y ética que hoy se necesita, tenemos que ir más allá: “Es momento de crear ese candidato y gobernante que necesita tu país”; eso suena al pensamiento del doctor Frankenstein, pero él tomó partes de otros que ya existían; nosotros debemos formar a las personas -de manera especial la niñez y adolescencia- para poder tener esos representantes que cambien el país. Es fácil apoyar a uno u otro político y dejar que sigan creyendo que son la única voz que debemos escuchar. Debemos crear consciencia política desde los más pequeños; que ellos sepan que es decidir y gobernar, primero desde su propia vida con aquellas cosas tan “pequeñas” que cambian su entorno.

En la familia es donde se forman los futuros gobernantes de cada nación, si la familia se dedicara a cumplir efectivamente su función de formar valores y principios que busquen siempre la justicia y armonía con los demás, no habría necesidad de salir a las calles a exigir que se cumplan los derechos y se respete la moral. No es sencillo enseñar a gobernar cuando en tu casa el gobierno lo tiene el más fuerte o se vive una anarquía, se necesita coherencia para que la enseñanza sea efectiva.

Obviamente esto no pasará en un periodo de gobierno, es un camino que implica compromiso. Tenemos que trabajar con aquellos que serán los gobernantes en unos años. No creas que ahora se trate de impartir tu ideología política en colegios, comunidades o grupos de niños y jóvenes. Se trata de formar personas con valores fuertes, con principios morales y éticos; que les duela su país y que sean capaces de usar el poder político en beneficio de todos y de manera especial de los más débiles.

Nos hemos acostumbrado a ser espectadores y quejarnos de la gobernabilidad y no hacemos nada más. No basta el voto en blanco, no bastan las marchas, no basta únicamente orar, no bastan lo virales por internet y tanta infinidad de cosas que hacemos. Lo que realmente necesita tu país es que empecemos a cambiar desde la primera infancia hasta los adultos mayores, y eso se logra con acciones concretas de una persona con principios firmes. Queremos a veces enmendar con marchas lo que no fuimos capaces de hacer desde nuestra casa, porque si los valores se han perdido es porque no fuimos o somos conscientes que en la familia es donde deben formarse y fortalecerse.

Hagamos realidad el sueño que todos tenemos: “un país gobernado por personas éticas y comprometidas con la verdadera política, una política que no se limite a bailecitos y actuaciones para ganar popularidad. Una política que tenga como principio fundamental el respeto por el ser humano; y porque no, un respeto profundo a Dios, ya que sin Él no existieran ni siquiera las naciones que hoy conocemos”.

César Peña

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