Experiencia vs inteligencia

En este momento estamos viviendo un fenómeno interesante con la inteligencia entre los más jóvenes y es gracias a internet. Ahora uno coloca una palabra y encuentra miles y miles de foros, paginas, blogs, podcats con respecto al tema solicitado.

No es desconocido que los nativos de esta sociedad virtual son los más jóvenes y que no necesitan haber vivido tanto para poder conocer de ciertas cosas y temas que antiguamente eran sólo de conocimiento de grandes hombres que superaban cierta edad. La inteligencia y nuevas alternativas de conocimiento unido a experiencias modernas de aprendizaje hacen que cada vez la brecha entre adultos y jóvenes sea más amplia, puesto que el lenguaje inclusive ha cambiado y esto gracias a las redes y nuevas herramientas de comunicación que son populares y necesarias en la actualidad.

Hablar de app es común, selfie es algo tan normal, juegos en línea, hipervículos y demás son los pretextos perfectos para que creamos saber más que otros. Inclusive cada vez que una persona actúa cree saber que es lo más viable para realizar; la juventud tiene en su gran mayoría un talón de Aquiles, ya que por las sensaciones que se experimentan en ocasiones no se miden tantas consecuencias; las proyecciones laborales no son lo más popular y buscar consejos entre los adultos está a veces pasado de moda, porque es mejor contarle a alguien de la misma edad para que me entienda mejor.

No se puede negar que la energía que tiene un joven nunca va a ser igual a la de una persona con los años y responsabilidades encima, pero no por eso deja de ser útil. La experiencia por otro lado se gana únicamente con los años, pero años bien vividos; no se trata de pasar simplemente por este planeta ocupando un espacio, es haber dejado una huella positiva en los demás y eso es consecuencia que acciones acertadas. Los años nos dan la garantía de saber más de un comportamiento, pero no de saber actuar asertivamente; hay que actuar siempre buscando la felicidad de individual y global.

Siempre habrá diferencia entre jóvenes y adultos, pero la idea no es que unos piensen igual que otros y dejen de ser ellos mismos, lo que se trata es de saber conjugar ambas posturas y llegar a una opción válida para ambos. Dicen que la vaca no recuerda cuando fue ternera, pero también la ternera olvida que será vaca. Aprendamos de la juventud con todos sus colores, pero estabilicémonos con la experiencia que trae paz interior.

César Peña

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