El hijo favorito

Si en este momento te preguntas: ¿Quién es el hijo favorito de mis padres?, la respuesta sería acertada e inclusive obvia en algunos casos. El favoritismo entre hermanos no sólo desencadena celos e inestabilidad entre las relaciones de los hijos, sino más allá de ello surge un daño en el entorno familiar.

Las razones para tener un favorito en casa son ilimitadas, puede nacer desde las características particulares de cada persona hasta la situación en la que llegó aquel hijo. A veces los padres se inclinan por uno gracias a su fortaleza, debilidad, personalidad; encontramos hijos que son más cariñosos, otros más rebeldes, unos que se parecen más físicamente a uno de los padres u otros que son totalmente distintos; cualquiera que sea la característica es un motivo para que la balanza se incline.

Si hoy le preguntas a un padre si tiene favoritismo por alguno de sus hijos, te dirá que no. Pero de lo que se trata, es de no hacer diferencias evidentes entre los hijos; es evidente para muchas personas el trato que los padres tienen con sus hijos, ya que un tercero siempre va a notar la diferencia desde lo más pequeño a lo grande.

PRIMERO

Para poder evitar un daño emocional en las relaciones de una familia hay que reconocer en primer lugar que existen diferencias en el trato. No se trata de entrar a juzgar a quien lo hace, se trata de ser conscientes que existe un trato privilegiado. Mientras más quieras negarlo, las justificaciones para tu forma de actuar serán cada vez más obvias, puesto que mientras lo haces resaltarás las virtudes de uno y los defectos de otro. Se trata de hablarlo con alguien y reconocer que se ha estado marcando una línea entre el hijo favorito y el menos favorito; al momento de hacerlo podrás trabajar para que la actitud no sea tan evidente.

SEGUNDO

Se debe reconocer que todas las personas tienen cualidades particulares que los hacen únicos y que lo que pareciera ser un defecto es una gran oportunidad para explotar un talento oculto. A veces aislamos al hijo más hiperactivo o a quien siempre está respondiendo, creyendo que decir si a todo es lo más favorable.  Hay que aprender a valorar la diferencia, porque en un mundo lleno de administradores no habría quien opere a un enfermo, o un mundo llenó de cantantes no existiría la posibilidad de admirar un hermosa pintura.

TERCERO

Si hoy descubres que tu actitud no es la adecuada en medio de los tuyos, no se trata de empezar a culparte por los daños que ocasionaste. Es momento de actuar con justicia no sólo con la vida de tus hijos, sino con la tuya; entrega lo justo, ya que no se trata ahora de llenar a quien olvidaste y olvidar a quien tenías como preferido. Cada momento debe ser distribuido entre todos tus hijos, las celebraciones deben ser por igual, lo aplausos y reprimendas también, viajes, visitas, regalos todo debe ser equilibrado. La medida siempre debe ser la justicia y el amor que sientes por todos los que te encomendó la vida.

César Peña

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