Dios te acompaña en el desierto

Hace algunos días preparaba una predicación y para eso tomaba como base el Salmo 136(135). Mientras revisaba cada uno de los versículos sobre la acción de gracias o alabanza agradecida, me llamó mucho la atención el versículo 16: “Al que guió a su pueblo en el desierto, porque es eterno su amor.” Una vez más recordé la salida del pueblo de Dios de la esclavitud de Egipto. Esto necesariamente me hizo volver a leer Éxodo 13, 21.

“Yahvé marchaba delante de ellos: de día en columna de nube, para guiarlos por el camino, y de noche en columna de fuego, para alumbrarlos, de modo que pudiesen marchar de día y de noche.”

Creo que muchas veces hemos olvidado las innumerables ocasiones en las que Dios nos ha guiado en medio del desierto. Cuando la amenaza nos asechaba y creíamos que pronto nos alcanzaría para acabarnos, siempre estuvo con nosotros.

Dios sabía  que el calor inminente iba a agotar al pueblo, por eso colocaba una nube de día, no solo como guía, sino además era la sombra que los refrescaba. Pero al llegar la noche, cuando no se veía nada y la temperatura llegaba a temperaturas bajo cero, una columna de fuego iluminaba al pueblo en la oscuridad y les daba el calor necesario.

La vida puede llevarnos por un desierto para alcanzar aquella promesa de Dios, y también sabemos que es una realidad innegable que el camino no será fácil; pero de la misma forma que Dios acompañó al pueblo en su travesía por el desierto hacia la tierra prometida, así también Dios estará presente cada día en en tu vida.

Posiblemente no verás la nube o el fuego, pero si te detienes un momento y observas con fe cada uno de los detalles de tu vida, verás que sobre ti está esa “nube” que no permitirá que el agotamiento te derrote, también podrás descubrir como el fuego ilumina tu camino y no dejará que el frío inclemente te detenga, y así llegar a alcanzar su promesa.

No se trata de caminar unicamente creyendo en una utopía espiritual, es tener la confianza que Dios te ha acompañado, te acompaña y te acompañará en cada paso que debas dar en medio del desierto y así llegar a la tierra que te prometió. Dios quiere recordarte que sigue contigo, te liberó de la esclavitud y no permitirá que vuelvas a creer que no hay salida, ya que, para él, todo es posible.

César Peña

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