Saber comunicar

Si tienes la responsabilidad de ser quien dirige debes saber comunicar las ideas, consejos, motivaciones, conceptos que sean necesarios para poder llegar a un objetivo trazado. Menciono algunas de las muchas que existen, las cuales te servirán no sólo para tu área laborar, sino más bien en tu diario vivir.

  1. Descubre tu estilo

Todas las personas tenemos una particularidad que nos hace únicos; para poder comunicar debemos explorar nuestras características y explotar aquello que nos hace ser únicos. En ocasiones las personas “copian y pegan” un estilo que escucharon en algún momento; comúnmente pasa cuando nos encanta un conferencista, motivador, predicador, formador, etc. No tiene nada de malo admirar a alguien por su estilo, pero al ser una copia del original le quita mucha eficacia; al no ser tu manera natural no sólo vas a estar pendiente de las ideas que quieres transmitir sino además inconscientemente tendrás que mantener el estilo que tratas de prefigurar.

  1. Organiza tus ideas

Antes de estar frente al auditorio o persona a quien llevarás un mensaje, debes tener claridad con lo que buscas comunicar; para ello el mensaje central debe desprender puntos o ideas secundarias que sustenten con claridad el objetivo principal. Que se conozca un tema no quiere decir que se omita la preparación del mismo; el exceso de confianza es el enemigo más duro que tiene una buena presentación.

  1. Conoce tu público

Después de tener claras tus ideas debes además conocer mínimamente el perfil de las personas a las que te vas a dirigir. No se trata de tener la historia de vida de cada participante, se trata de tener claro el contexto, edades promedio, lugar, finalidad de la reunión, etc. Ir a ciegas cuando se dirige a una persona o grupo de personas no es lo más acertado, ya que al conocer tu auditorio puedes preparar más objetivamente la conferencia, predicación, capacitación, clase y demás.

  1. Ten claridad

No es suficiente tener claro lo que queremos transmitir, debe también quedar claro para quien o quienes escuchan. Bombardear con tecnicismos para impresionar al público no significa que sabes comunicar –si es un público especializado debe hacerse si es necesario–. La claridad de la comunicación se reconoce cuando hasta el más “pequeño” comprendió la idea o mensaje central. Es aquí donde se ve la necesidad e importancia de conocer el público al cual te estás dirigiendo.

  1. Aterriza el mensaje

Todo suena bonito en el papel y plasmado en las ideas, pero la finalidad de cada mensaje es poder aplicarlo a la vida. Cada palabra y detalle de un mensaje debe poder servir en el día a día, no se puede concebir algo que sea una simple información; inclusive cuando las personas ven una película ponen de alguna manera en práctica la información recibida. Quien busca generar un efecto en la vida de la personas siempre debe ser un buscador incansable de la aplicabilidad del mensaje; se puede llegar a lograr por medio de ejemplos reales, anécdotas, bromas, testimonios y demás.

 

César Peña

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