El afán de ser tendencia

Personalmente el mundo virtual me gusta, me parece una herramienta excelente para llegar a las personas. Pero creo que la tendencia para muchos es eso mismo: ser tendencia.

Alguna vez bromeaba con un amigo sobre un artículo que lo volvería viral, e incluso me atreví a redactarlo -de esas bromas que suelo hacer- para que impacte al momento de ver el título, pero que su contenido vaya por otra línea. Es en ese momento que caíamos en la cuenta del afán de ser tendencia de muchas o pocas personas que lideran procesos espirituales.

Creo que estar al frente de un grupo de personas o ser “figura pública” no significa estar viviendo de los likes o seguidores virtuales, va más allá. Es poder ser auténticos con cada una de las palabras que decimos o escribimos y que los demás puedan ver que somos consecuentes incluso en la virtualidad.

Soy consciente que Jesús dijo que hay que ser “astutos como serpientes” (Mateo 10, 16), pero eso no justifica que ahora por ser tendencia vivamos insultando a quien no cree lo mismo que nosotros o disfracemos la evangelización como un viral que probablemente no tenga nada de malo, pero solo llena el afán de ser tendencia de algunos.

Puedes hacer todos los vídeos, artículos, podcast, memes o demás que quieras, pero siempre con un mismo objetivo: transformar de manera positiva la vida de quienes verán aquello. Pero, si en tu interior sabes que únicamente se convirtió en una manera de ganar likes para que luego de alguna manera se conviertan en dinero, reconocimiento o demás, es momento de replantear tu centro.

Aplaudo las estrategias novedosas que cada persona usa, me río con cada vídeo gracioso que me llega de vez en cuando. Pero si hoy descubres que eres una copia de algún yutuber o influencer, es mejor que seas autentico y así cada cosa que hagas impactará más porque será reflejo de tu esencia, y sin buscarlo llegarás a ser tendencia; ese día lo manejarás sabiamente porque descubrirás que el objetivo nunca fue ese.

César Peña

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