Fama y humildad

Me llamó la atención un comentario que vi hace un par de días con respecto a la fama y la humildad; la publicación decía: “Y la humildad es mejor que la fama”, dicho así suena muy directo y razonablemente coherente. No es extraño que las personas que llegan a alcanzar cierta popularidad, olviden que se deben a los demás, ya que es cierto que sin el público no existe la tan ansiada fama que buscan algunos.

Es tan gratificante recibir saludos, reconocimientos y demás cosas que son ese pequeño fruto de la fama; el problema es olvidar que somos iguales y la diferencia es sólo que alguien sale en televisión, radio, revista, redes, etc. Creemos que por salir en algún medio o ser reconocidos por un grupo de personas, ahora somos superiores a los demás y pisoteamos la humanidad de quienes inclusive nos aprecian. No estoy en contra de la fama o logros que puedan alcanzar las personas, pero en lo que si estoy en contra es en creer que la fama te hace mejor que los demás, y gran culpa de ello no sólo es de la persona “famosa”, sino de quienes alimentan ese ego de superioridad.

Que diferente sería que esa fama se vea acompañada de humildad, saber reconocer que se tiene una responsabilidad diferente si se es más conocido que otros, pero por sobre todo tengo la responsabilidad de saber usar aquella fama para que los demás se sientan más cercanos a la experiencia gratificante que ofrezco, ya que no olvidemos que estamos llamados a entregar lo bueno de nuestra vida superando lo malo que a veces nos domina.

En empresas, iglesias, familias, grupos de amigos y demás, vemos como la fama hizo que algunas personas olvidarán para que llegaron a este mundo. Normalmente las personas que no saben manejarla y pasan por sobre los demás es sencillamente porque llenaron de manera consciente o inconsciente un vacío que llevaban. Puede existir mucha preparación académica, pero en ocasiones las emociones superan los libros. Además de ello, siempre están quienes rodean al “famoso” y lo único que hacen es alimentar ese ego para también de algún modo verse beneficiados de ello, eso inclusive es más triste, ya que vivir a la sombra de otro no es tan admirable que digamos.

La vida no se trata de salir en todos los medios y que la gente en las calles te reconozca, tener los mejores lugares en una cena, ser fotografiado, obtener miles de like o llegara a ser tendencia mundial, se trata de saber vivir como un ser humano coherente.

Recuerda que todo es pasajero y con el tiempo las cosas llegan a cansar o a no llenarnos, no olvidemos que la verdadera “fama” es cuando las personas te recordarán siempre  porque afectaste de manera positiva su vida. Nunca olvides que si todos te conocen, debe ser por lo gran persona que eres y no por el buen guion que aprendiste.

César Peña

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