Coherencia ante todo

Puede ser muy fácil dar un discurso encantador sin esforzarse por tener coherencia ante todo. No se puede ser un defensor de la justicia, cometiendo pequeñas injusticias en el día a día.

Es evidente que quien esta dispuesto a dirigir personas o sencillamente es alguien que sirve de ejemplo de alguna manera para los demás, debe esforzarse al máximo por no tener contradicción entre su forma de actuar y su mensaje verbal.

Personalmente no creo en los discursos que buscan dividir y ofender a los demás porque sencillamente piensan distinto. Tener coherencia significa que la vida sea una forma de discurso consecuente con las palabras. No se debe olvidar que el mensaje llega también con la manera de actuar frente a las situaciones difíciles de la vida.

Un ejemplo muy evidente es cuando las personas por defender su postura religiosa terminan tildando de “cualquier cosa” a los no creyentes o simplemente a quienes creen de una manera distinta. Las redes sociales se desbordan con insultos o defensas sin existir un ataque directo.

Creo que si decides ser un ejemplo para los demás, debes serlo en todos los aspectos y en cada momento. No se trata de olvidarlo porque hoy debes defender un partido político o una buena causa. Por más loable que sea el fin que buscas hoy, no debe alejarte de la coherencia de vida que debes tener.

Hoy revisa tus acciones en los espacios físicos y virtuales en los que te desenvuelves, pero hazlo con la imparcialidad de una persona que busca causar un efecto positivo en los demás con cada acción, ya sea grande o pequeña. Si por alguna razón encuentras contradicciones entre lo que dices y lo que en ocasiones haces, decide empezar a mejorar ese aspecto de tu vida, de lo contrario, lo único que ocasionará es confusión y/o desilusión en quienes te ven como un ejemplo a seguir.

César Peña

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