¿Ayuno o huelga de hambre?

“Y después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, al final sintió hambre. El tentador se acercó y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes” Mt. 4, 2 – 3

En tiempo de cuaresma es natural que se haga énfasis en el ayuno. Quizá tú eres quien realice esta práctica espiritual o conozcas a alguien que la haga.  Estamos probablemente acostumbrados a recibir la recomendación de realizar el ayuno cuando tenemos una necesidad, para poder -dicen algunos- mover la voluntad de Dios.

Encuentro personas que ayunan por una necesidad específica, o comunidades enteras ayunando por una intención, lo cual no es malo. Pero ¿cuál es la finalidad principal del ayuno?

En ocasiones confundimos el ayuno con una huelga de hambre, ya que buscamos presionar a Dios para que conceda la solución a nuestra petición; esto no quiere decir que la necesidad que alberga tu corazón sea mala o innecesaria, sino que debes por medio de cualquier práctica espiritual hacer la voluntad de Dios.

En el texto bíblico mencionado al inicio observamos como Jesús hizo un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches para fortalecerse y estar plenamente preparado para la misión, y esa fortaleza únicamente la encontraba en una relación íntima con Dios-Padre.

Para el contexto judío la comida es un placer, y el dios del placer que es el baal se va a ver reflejado en esta primera tentación explícita de Jesús.

Al ayunar se busca establecer o restablecer una relación íntima con Dios y así poder dejar de lado a los demás dioses que puedas tener. Identifica el tuyo.

Cada vez que busques ayunar ofrece tu ayuno por algo, que es muy diferente a ayunar para que Dios te de algo. Esto significa que dejarás de comer para que en ese tiempo puedas dedicarte a profundizar tu relación con Dios, ofreciendo claramente esa necesidad que tienes, pero siendo consciente y aceptando su voluntad.

Que la mortificación corporal que experimentas al dejar de comer, sea un sacrificio alegre por aquel que te ama. Muchas veces sacrificamos nuestro cuerpo por personas que amamos -hijos, padres, esposos- y no esperamos nada a cambio. Hoy hazlo por Dios que es quien te ama, dejando claro que no es Él quien necesita de tu ayuno, sino más bien tu cuerpo y alma necesitan ayunar.

*No olvides que no deben ayunar los niños, adultos mayores y quienes alguna condición médica se los impide.

 

César Peña

1 Respuesta

  1. Muchas gracias César, me queda claro el tema del ayuno para esta cuaresma. Muchas veces me habían dicho otras cosas sobre el tema, pero al leer esto, sentí que Dios me hablaba. Bendiciones mil.