Del desierto al horeb

Si tan sólo cayéramos en la cuenta que tenemos vida, sería una razón suficiente para creer que el poder de Dios está con nosotros. A pesar de las circunstancias de pasamos en nuestra vida y seguimos en pie es suficiente razón para poder reconocer la mano de Dios sobre nuestra historia. No debemos quejarnos tanto por lo que nos hace falta, más bien valoremos el gran amor de Dios para nosotros, ya que desde el detalle más esencial Él se manifiesta en la vida. Siempre está el poder de Dios presente aunque no lo sepamos distinguir.

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