Alianza en la Biblia

Cuando queremos hablar del inicio de la  alianza, necesariamente nos remontamos al Antiguo Testamento, ya que siempre recordamos la alianza con Moisés (Ex 19), pero si revisamos el texto bíblico podemos ver que no fue con Moisés que se empezó a tratar este tema; en Gn 6, 18 podemos encontrar por primera vez esta palabra. Especialmente en casos de acuerdos políticos internos de Israel 2Sa, 3 12 – 13,o entre naciones 1Re 15, 19.

La alianza también se utiliza para acuerdos entre hombres, como por ejemplo en el caso de David y Jonatán, los cuales hicieron un “pacto” o alianza de protección mutua que comprometía a David y a sus descendientes en perpetuidad 1Sa 18, 3; 20, 8. 16 – 18, 42.

En todos estos casos anteriormente mencionados se hacía un acuerdo mutuo, el cual se reafirmaba con un juramento en nombre del Señor. En ocasiones después de estos pactos o alianzas se entregaban algunas prendas materiales como un testimonio del compromiso adquirido Gn. 21, 28 – 31.  Particularmente en casos de pactos militares, los que imponían los términos eran las potencias militares, lo cual significaba que no eran acuerdos mutuos, como por ejemplo en el caso del rey de Babilonia Ez 17, 13.

Es evidente que la gran mayoría de los casos de pactos o alianzas que encontramos en el texto bíblico, tienen que ver con Dios y los hombres; como en el caso de la primera cita mencionada (Gn 6, 18); se puede notar que es Dios quien toma la iniciativa, ya que es el quien establece y cumple los pactos. Con esto vemos como se hace énfasis en la autoridad y gracia de Dios para establecer y cumplir los pactos y a la vez se va a señalar la responsabilidad del hombre ante esta alianza.

Al observar la alianza en el contexto del decálogo, se resalta que son normas a cumplir, pero sobre todo la alianza es un llamado a que Israel ame a Dios por sobre todo Dt 6, 5. Esta alianza divina viene a ser una relación estrecha de amor y fidelidad entre Dios y su pueblo elegido Ex 19, 5 – 6.

En la alianza la respuesta del hombre va a contribuir al cumplimiento de Dios, pero esto no es la causa por la que Él ama a su pueblo Dt 8, 1. Se puede decir que Dios siempre va delante con su amor, y asimismo se va a producir la respuesta del hombre 2Re 23, 3.

Al llegar al Nuevo Testamento, vamos a ver esta alianza en la figura de Jesús, y es con Él que se realiza la alianza plena.

Quisiera referirme al texto de Mc 1, 10 en el cual recordamos que después de ser bautizado Jesús, los cielos se abren; al acercarnos al texto en griego vemos que la palabra que se utiliza no es abrir, sino rasgar (σχιζομένους).  Pero esto ¿qué significado puede tener con el tema de la alianza? Recordemos que cada vez que el pueblo pecaba, los cielos se cerraban y después del arrepentimiento del pueblo, estos volvían a abrirse, era como una nueva alianza con el pueblo, como volver a la alianza y no romperla 1Re 17, 1.

Quisiera solo centrarme en este acontecimiento de la vida de Jesús para mostrar la alianza que viene a traer. Si los cielos no se abren sino se rasgan (rompen), esto quiere decir que la relación con Dios va a ser plena y perfecta. Ya no se va a necesitar de más sacrificios, solo basta con el de Jesús Hijo de Dios, que ya desde su bautismo vino a hacer una alianza plena y perfecta.

Concluyo diciendo que Jesús desde el momento de ser bautizado ya estaba instaurando una alianza plena, la cual se iba a ver concluida con el sacrificio de su propia vida. Este mismo Jesús que en el escrito a los Hebreos del Nuevo Testamento se le pone por encima de Moisés, y se le presenta como sumo y eterno sacerdote, el cual va a hacer el sacrifico perfecto y eterno, siendo el mismo el sacrificio Hb 3.

César Peña